Cines viñamarinos declaran “no sentirse afectados por aparición de páginas web como Cuevana y Moviezet, ya que el público sigue acudiendo”. Por otro lado, jóvenes afirman que “la comodidad, la gratuidad y la instantaneidad que otorga internet, son incomparables”.
Por María José Aragonés
Cinemark Espacio Urbano y Marina Arauco son cines que a lo largo de la última década han otorgado a miles de personas la modernidad de sus salas. Emmanuel Castro y Nicolás Lopez, ambos trabajadores de dichos cines, concuerdan en que “la gente prefiere el cine por la calidad, subtítulos y tradición. Es un panorama familiar de fin de semana”.
Con la invención de internet, los consumidores pueden elegir la mejor opción sobre cómo ver sus películas. Los jóvenes son los más influenciados por este fenómeno, ya que crecieron junto con el desarrollo de internet. Catalina Baasch, estudiante de segundo medio, afirma que “depende de la película, porque las que tienen efectos especiales hay que verlas en el cine, pero verlas en la casa es gratis y más cómodo”.
El tratado anti piratería o ACTA, es el que se está discutiendo en Europa en esta semana, ya que 7 países están en contra de su aplicación. Esto se debe al tema de la censura en internet, porque según activistas “oprime la libertad de expresión”. En cuanto a las páginas de internet, como Cuevana o Moviezet, hay muchas que aún funcionan, pero no a la perfección, ya que la película no se carga completamente o la gráfica es mala.Por otro lado, el Cine Arte exhibe películas a un público mucho más reducido, ya que el 80% de éstas son de origen europeo. Al no ser de Hollywood, no siempre están en las páginas de internet y por lo tanto esto no afecta la concurrencia al cine. Luis Toro, quien lleva cortando los tickets por 20 años, observa que “todo está en la película. El internet jamás va a sobrepasar la tradición del cine”.
Los cines actualmente tienen distintas estrategias para captar a su público, ya que muchos dejaron de ir por los altos costos que esto conlleva. Por ejemplo, en Cinemark, el precio de la entrada general es de $3800, pero con cupones que otorga Entel o El Club de lectores de El Mercurio, puede reducirse a 2300. Por otro lado Cine Arte tiene descuentos para estudiantes, donde el precio general es de $3000 y queda en $1800.
Por último, las expectativas que tienen los cines es que todo siga de igual manera, pero el avance de la tecnología está creando televisores lo más parecidos a pantallas de cine; con parlantes mejor hechos para que hagan la situación más real. Catalina Baasch rescata el valor familiar, declarando que “el cine es un panorama, algo para disfrutar acompañado, crea una atmósfera. No creo que de ninguna manera pueda ser comparable al living de mi casa”.
Por otro lado, la discusión sobre las leyes de control de la difusión gratis de cultura deberá ser controlada para que tanto la industria del cine como la musical, obtengan ganancias. Los trabajadores del cine concordaron en que “tiene que existir un equilibrio para que las personas no se sientan oprimidas y los artistas ganen lo que merecen por su trabajo”.
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