Por Sebastián Acha, Rosario Covarrubias, Jorge Imhoff, Rodrigo Olave, Germán Pozo y Daniel Ramírez.
Este artículo fue realizado por alumnos de primer año de Periodismo, tras una actividad basada en el trabajo del autor Jean-Jaques Wunenburger. Para el taller se les pidió que seleccionaran oraciones de un texto y que explicaran las imágenes que estas les evocaban, además de la interpretación que le daban a éstas dentro del texto y el contexto de la información.
En julio de este año, el escritor Álvaro Bisama presentó en la revista Qué Pasa una reflexión sobre la negligencia de las instituciones del Estado a partir de la crisis del Sename, usando como referencia el libro “El río” de Alfredo Gómez Morel.
Jean-Jaques Wunenburger, nos indica que las imágenes provocan una cadena asociativa cuyo eje puede ser el sintagmático o el paradigmático. Según esta perspectiva, podemos interpretar que desde su título el artículo provoca intriga en el lector, pues en términos sintagmáticos, lo secreto evoca algo oculto, mientras que Chile, refiere a una comunidad política de personas unidas, entre otras cosas, por un sentido de pertenencia.
Entonces cabe la pregunta ¿Qué constituiría un Chile “secreto”? El resto del artículo nos da más elementos para el análisis, pues el autor pasa de la presentación del problema (la crisis destapada del Sename) a la crítica de un sistema que, dadas sus carencias, ha dejado huellas en la sociedad.
El uso de la novela es para Bisama un recurso cuyo propósito escapa a la crítica literaria, en cambio, se nos presenta como recordatorio de una realidad presente en Chile por más tiempo del que quisiéramos reconocer.
El mismo Gómez Morel creció como un niño del hampa, convertido en un delincuente fugitivo cuya pluma floreció en la cárcel, lugar al que cayó en más de una oportunidad. Todo esto es importante para Bisama, pues considera que:
“Lo que hay en el libro es un Chile secreto, un mapa del país que no queremos ver, que es imposible de mirar porque en él lo único que hay es el horror. Ese horror proviene del abandono y de la pobreza, pero también se constituye como un país invisible, que existe en el reverso de los discursos de los políticos y de los expertos…”
Nuevamente el autor juega con las palabras, al unir la idea de país con la condición de ser invisible. ¿Qué significa aquí ser invisible? La comprensión más elemental del adjetivo apela a algo que está, pero no puede verse.
En el texto, sin embargo, la figura de lo invisible va más allá, en términos paradigmáticos parece ser fruto de un ejercicio consciente por ocultar una parte de la realidad. ¿Quiénes lo vuelven invisible? Los políticos y los expertos (¿tecnócratas tal vez?) son claramente mencionados, aunque a lo largo del texto el dedo apunta también a las instituciones y a un «nosotros» entendido como todos los chilenos.
¿Por qué se invisibiliza? Si consideramos que Bisama está usando el lenguaje para denunciar un problema, esto nos permite pensar que las razones pueden ser varias: vergüenza, pudor, incompetencia, falta de interés o incomodidad.
Es imposible debatir que lo secreto tiene en el texto una connotación negativa, dado que las materias que se discuten en la lectura son de interés público, lo que nos lleva a entender que su ocultamiento es algo moralmente cuestionable y por tanto debe ser públicamente condenable.
El fragmento citado anteriormente, entrega más elementos para el análisis, pues antes de referirse a “país invisible” el autor dice: “Lo que hay en el libro es […] un mapa del país que no queremos ver”.
Un mapa es la representación visual de algo, por lo general acompañado de coordenadas que sirven de orientación para el observador. En definitiva, no es más que el fruto de convenciones sobre cómo deben mostrarse aquellos elementos que se busca capturar en un plano.
Sin embargo, Bisama no nos habla de una representación consensuada cuando se refiere al mapa del país, pues no se trata de capturar fronteras, capitales o coordenadas, más bien a aquellos elementos que, a pesar de ser visibles, permanecen ausentes en el discurso de la sociedad.
Ese mapa de Chile lo constituyen los ignorados, y todo aquello que, a pesar de ser palpable, permanece escondido por una elite con la complicidad de una sociedad que prefiere mirar a otro lado bajo un aparente pacto de silencio.
En un principio los conceptos utilizados son muy generales y abstractos (lo invisible, lo secreto), sin embargo, usados por el autor del texto adquieren nuevo sentido, lo que permite al lector otras posibilidades de interpretación.
Debido a que la importancia de los signos trasciende lo explícito, los conceptos usados pueden representar nociones mentales que son parte de la subjetividad de quien escribe.
Por esto, para entender los términos más allá de su significación literal, fue clave tener un bagaje sobre el tema en cuestión y la situación sociopolítica del país al respecto, eso incluye tópicos como la baja credibilidad ciudadana de las instituciones y partidos políticos, y por supuesto, el tratamiento que dichos asuntos reciben por parte de los medios de comunicación tradicionales.
Asimismo, pudimos orientar nuestra interpretación para encontrar la significación simbólica, que según Jean Jacques Wunenburger está ligada al contenido y a su vez desligada, pues pertenece a otro nivel de experiencia sensible, y desde allí interpretar aquello que se denuncia en los párrafos como un recordatorio de una realidad presente en nuestra sociedad, a pesar de los esfuerzos de algunos por ocultarla.
Artículo: http://www.quepasa.cl/articulo/opinion-posteos/2017/07/chile-secreto.shtml/
Tags : Alfredo Gómez Morel, Alvaro Bisama, Jean-Jaques Wunenburger, paradigma, semiótica, sintagma