Descendiente directa de mapuches, María Cecilia Nahuelquín reparte su tiempo entre la poesía, la pintura y su labor como dirigente de un grupo de mujeres indígenas de la Quinta Región: Taihuel, Cascada del cielo en Mapudungun. Esta mujer de 46 años nos cuenta acerca de su arte y de la actual situación mapuche en el país, mientras sigue de cerca cómo se desencadena la huelga de hambre realizada por sus hermanos en el sur.
Por Sandra Rojas.
María Cecilia Nahuelquín se define como una mujer agradecida de la vida y de Dios. Lo demuestra, al no dudar ni un instante en mostrar con cariño su primer libro ya publicado, “El Hui, cantos de libertad de una mujer mapuche en Valparaíso”, y explica apasionada el origen del título: Un ancestral ritual lúdico realizado por su madre, oriunda de Quellón, quien liberaba todas las energías mientras giraba sin cesar gritando “huiii”, con su inocente voz de niña hüilliche.
María Cecilia ya no posee tierras, ni bosques; sus antepasados los perdieron. Por lo que ahora sólo le queda, a través de la poesía y su organización, trabajar para mantener esos lindos recuerdos y tradiciones mapuches que amenazan con desaparecer.
Por los recuerdos
– ¿Cuál es el objetivo de su organización?
El propósito fundamental ha sido siempre transmitir la cultura. Recoger nuestras tradiciones, reunirnos en nuestras ceremonias, hacer alguna actividad de artesanía, algún acto. Nuestro propósito es eso, transmitir la cultura mapuche.
– ¿Y lo mismo desea realizar a través de su libro?
Sí, de todas maneras. No solamente la cultura mapuche, sino que la postura de la mujer indígena dentro de la ciudad, eso más que nada, ya que sobre el tema mapuche hay muchas cosas escritas, por eso yo quise escribir un poemario desde otro punto de vista, desde donde yo nací como mujer indígena dentro de la ciudad. Desde que era mapuche y lo escondía, hasta el día de hoy que lo reconozco públicamente.
– ¿Y por qué escondía su condición mapuche?
Antes me miraba en menos porque siempre viví eso, la gente siempre se preocupó de que uno pensara que no es nada. Pero cuando uno ya despierta, madura y se educa, aprende a valorarse, la autoestima sube y uno dice: “yo sí valgo”. Creo que muchos mapuches nos estamos dando cuenta de esto. Ahora, yo me considero luchadora, tremendamente luchadora, ¿y qué tengo? La oportunidad de hablar, de leer, de escuchar, de oír, de poner atención y aprender, para mostrar lo que siento a través de la poesía, de la pintura y del bordado; ese es mi fuerte, esa es mi lanza y mi honda. Y lo he logrado, porque la gente escucha, crea conciencia.
– ¿Qué recuerdos tiene de su niñez?
Yo no hablo casi nada de mapudungun, pero recuerdo las pocas palabras que me decía mi mamá. De hecho, recién a los 30 años me vine a dar cuenta que eran palabras mapuches. Ella siempre decía “pochencho, pochencho”, y luego de harto tiempo, cuando yo empecé a leer y a aprender con mis hermanos mapuches, me enteré que esa frase viene del verbo “poyen” que significa querer. O sea, me decía te quiero te quiero.
-¿Sabe usted en qué circunstancias sus abuelos o bisabuelos perdieron las tierras que poseían?
El abuelo de mi mamá tenía un bosque de mañihuales en la isla de Chiloé, y como ese año tuvo problemas, lo cambió por dos vacas, todo el bosque. El abuelo se fue envejeciendo, luego murió y sus hijos cambiaron las vacas por dos sacos de papas, finalmente no quedó nada. Y mi mamá que podría haber sido heredera, terminó en la calle, en la playa mejor dicho, literalmente en la playa. Así que allí juntaron sus palos, sus chozas y así vivieron por años, después de haber tenido un bosque completo de mañihuales. Imagínate, ahora yo compro aros de mañío, después de haber tenido cuántos árboles.
Por la autonomía mapuche
– ¿Está de acuerdo con una independencia mapuche?
Sí, a pesar de que yo estoy en la ciudad, considero que es necesario tener su propio gobierno, sus propias leyes, independiente del estado chileno. Pero eso es casi imposible, creo que ningún otro grupo indígena a nivel internacional lo ha logrado. De hecho, el gobierno ha dicho en repetidas ocasiones: “el país es indivisible”, así que por eso a veces siento que no hay vuelta que darle. No sé si será tan fructífera la lucha que están haciendo nuestros hermanos en el sur, es decir, no sé si se va a cumplir el objetivo de su huelga, de sus peticiones, no creo. Porque ya lo dijo un gobierno y todas las autoridades que vienen año tras año tienen el mismo pensamiento: Chile no es un país que se pueda dividir.
– ¿Entonces cree que a través de la actual huelga de hambre los mapuches no lograrán nada?
Ya lo hizo la Patricia Troncoso, y no sé qué logró ella, creo que no mucho. Crear conciencia quizás, eso se logra. Crear conciencia en algunas mentes y hacer un llamado de atención, pero más allá de eso no creo que se logre tanto. A nosotros nos van a provocar dolor y al Presidente un remezón para su gobierno.
– ¿Cree que Sebastián Piñera no ha sabido sobrellevar este problema?
No, es que a Piñera no le interesa, para él es un tema menor. Se está haciendo mayor porque se podría agravar con la muerte, durante su gobierno, de alguno de estos mapuches, pero fuera de eso para él es un tema sin importancia. Porque él, como empresario, es dueño de las tierras, así que no le conviene corregir eso.
– Pero el Presidente envió un proyecto de ley para eliminar el doble procesamiento indígena (civil y militar) ¿Piensa que no es suficiente?
Es un comienzo que puede ser bueno a futuro, pero no es suficiente. Porque igual van a estar procesando al mapuche civilmente y al final es lo mismo. Nosotros sabemos que en Chile la justicia no es justa, siempre van a haber doble intereses, doble intensiones.
– ¿Y qué opina de la ley antiterrorista?
Injusta. Según mi visión, según lo que yo sé, la ley antiterrorista se aplica sólo al mapuche. O sea, si un delincuente tira una piedra a la moneda o hace alguna acción vandálica, no se le aplica la ley antiterrorista, pero si es un mapuche sí se le aplica con todo el rigor de la ley. Entonces eso es injusto.
– Pero existen rumores de que hay organizaciones mapuches que están siendo entrenadas por las FARC…
Claro, rumores son sólo rumores, pero no hay nada concreto, porque no hay nada que verifique eso. ¿Quiénes son los testigos que están hablando sobre ello? Que puede ser, que a lo mejor, que cierta persona viajó”, pero al final es nada. ¿Tienen los pasajes? ¿Hay evidencia de aquello? No las hay, no tienen cómo acusar, o sino se sabría.
– Pero de todas maneras hay muchos indígenas que utilizan la violencia para lograr sus objetivos, ¿considera que es el camino adecuado?
Sí. Es fome lo que te digo, pero es la verdad. ¿Cómo vas a meter bulla si no te toman en cuenta, si no existes? ¿Qué le queda al pueblo mapuche que está allá en el sur, que no tiene tierras, que perdió todo, que está frente a la indiferencia de los dueños del país? ¿Qué va a hacer? Meter bulla. Entonces, un mapuche al que ya sólo le queda el puro apellido, no tiene tierra, no tiene agua, ¿Cómo va a luchar contra los poderosos? No puede, por lo que, lo único que queda es hacer un escándalo, quemar un auto, pienso yo. No lo justifico, pero es que no queda otra.
Por un futuro digno
-Según su punto de vista, ¿cuál sería la solución que permitiría mejorar la situación mapuche?
La educación, no creo que haya otra. Porque si tú les enseñas a los niños desde chicos a expresarse, a mostrar su cultura a través del arte, de la literatura, de la pintura, se logra algo. Quizás poco, pero algo se logra.
– ¿Qué futuro le ve a los mapuches en Chile?
Es incierto el futuro de los mapuches. Ahora como somos tan fuertes, tan luchadores, si seguimos educándonos, o si nuestros hijos se educan y se la juegan, puede haber un futuro un poquito mejor, pero la verdad es que es incierto. Por un lado de abren puertas y por otro lado se cierran muchas.
– ¿Cuál sería su mensaje, tanto para los chilenos como para los mapuches, en torno a esta situación?
Al chileno, lo tengo escrito en mi poema que se llama Desierto, le diría que nuestro futuro no se congele, que no se olviden de eso. Porque van a tratar de congelarnos, de dejarnos ahí y a los mapuches, les diría que nos unamos, ya que estamos muy divididos. Lo estamos logrando aquí en la Quinta Región, hasta vamos a crear un consejo regional indígena. Por eso les digo que nos unamos, ya que la unidad es lo único que nos va a ayudar a salir adelante, que luchemos por una misma causa. Además, yo creo que lo que le hace falta al pueblo mapuche es el perdón. Los mapuches tienen mucho rencor y no perdonan. Eso les diría yo, que piensen en Dios, para que tengamos la posibilidad de perdonar a la sociedad chilena por tantas cosas.
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