Como chilenos estamos a la espera de que ocurra una catástrofe. Se supone que estamos preparados para enfrentar todo lo que venga. Sin embargo, en la ciudad puerto, la escena es diferente. Mientras unos entran en pánico, otros caminan como en una tarde de verano, confiando en que –como siempre- la alerta sea solo por precaución y no ocurra nada fuera de lo normal. Por Solange Pascal Bajé de la micro 901 en plena Avenida Argentina. Eran alrededor de las 18: 30 horas. Unas señoras que venían de reunión comentaban
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