Por Francisca Avsolomovich Fui voluntaria en un comedor social para inmigrantes. Dos días me bastaron para conocer de cerca los aspectos culturales que forman parte de su vida cotidiana y la realidad a la que se enfrentan día a día en una sociedad que no comprende que las fronteras pasaron de moda. Venezolanos y haitianos llegaron al local “del Puente a la Alameda”. Algunos solos y otros acompañados por familiares o amigos. Mientras se acomodaban en las mesas, eran atendidos por los voluntarios. “¿Ves hijo?, no todos los chilenos son
Ver mas